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jueves, 28 de febrero de 2019

Carrera por nuestros Padres 2019





Cuando hayamos muerto no nos lloréis,
porque aquí dejamos lo mejor de nuestras vidas: nuestros hijos, mi(s) nieto(s),
mis hermanos, mi bisnieto.  Estaremos  entre vosotros y solo tendréis que
acostumbrarse a vernos entre las penumbras de nuestro hogar, a escucharnos entre
las puertas entreabiertas, a sentir nuestro calor a través del rayo de sol que
penetra por la ventana y que deja relucir, cuan fantasma, el ir y venir de los
cuerpos inertes. Allí estaremos.
Estaremos en los pies de vuestras
camas, vigilando que nadie os haga daño, y en alguna ocasión sentiréis un escalofrío
entre vuestras mejillas, pero no os estremezcáis. Sera la caricia de nuestros besos,
el calor de nuestras manos alisando vuestro pelo, rozando vuestro rostro.
Nos llevamos la mejor de vuestras
sonrisas, esas que siempre nos han acompañado allá donde hayamos ido y nos han
acompañado en los peores momentos de nuestras vidas. Para sacar fuerzas y
seguir adelante. Todo por vosotros. Os sentimos con fuerza
No lloréis porque ahora iniciamos
un nuevo camino para reencontrarnos con los seres queridos cuyas vidas se
apagaron antes que las nuestras, y su reencuentro será inmenso, reconfortante,
no sé si feliz, porque en estado etéreo no se si se siente, lo que si estoy
seguro es que las almas se unirán indisolublemente para volvernos a reunir algún
día.
No nos lloréis. En aquellos
momentos que la voluntad se encuentre vacía nos  encontrareis entre el rugir de los arboles, el
soplo del viento, el frescor de la lluvia, nuestra voz se hará sentir con el
susurro de las aves. Mirar al cielo y allí estaremos para daros el abrazo que
os falte para seguir adelante. No vaciéis vuestras almas de ilusión, porque de
ser así de nada habrá servido el camino recorrido juntos.  Lo importante es el corazón, vuestro recuerdo
más intimo, pero no queremos quedarnos alojados por y para siempre en el mismo,
pues sería egoísta pretender que  llevéis
siempre nuestra pesada carga. Vivir vuestra propia vida como sabéis, quizás
como os hemos  enseñado, no sé si lo habremos
conseguido. Mantenerse integros, honrados, buenos de corazón: ese es nuestro
legado, nuestro tesoro más valorado por encima de todo, y que lo hereden
vuestros hijos, y sus hijos.
No  nos lloréis
más. Que vuestros ojos no se sequen. Mirar en los rincones, en vuestros rincones,
pero mirar bien, y allí siempre estaremos.  Junto a vosotros. OS QUEREMOS. OS QUERREMOS SIEMPRE.