Todo comenzo en el pasado año. Fue antes del Camino de Santiago cuando tomamos la decisión de buscar el modo de servir a los demás, de buscar una nueva forma de entregarse. El apoyo de nuestras hijas ha sido fundamental en esta decisión, dificil por otro lado, pero necesaria en nuestras vidas.
Desde ese mismo instante han sido reuniones, entrevistas, formación.. que por fin culminaron con el acogimiento de nuestro primer niño.
Ese instante, donde el miedo y la ilusión se funden en un solo gesto, es realmente emotivo, más aún cuando la primera de sus sonrisas te la brinda, como la primera de las sonrisas de tus propias hijas.
En ese preciso momento todo cambia a tu alrededor, y desde entonces te sientes más vulnerable, porque cuanto más conoces el corazón de las personas más infeliz te sientes. Que facil seria que todas las personas se amaran, buscar el camino de la paz, de la tolerancia, del respeto..., pero hoy en dia es más facil pensar solo en nosotros mismos, en nuestro egoismo y en nuestro sufrimiento, pero acaso nos hemos puesto a pensar en el de los demás ?.
Todo resulta muy duro, pero el verdadero amor es entregarte sin pedir nada a cambio, y aunque todos sabemos que esto es duro, es el verdadero camino.
Todos nos hemos transformado en nuestra familia, porque el nos ha aportado mucho más de los que nosotros le podamos ofrecer. La sonrisa de mis hijas al tenerlo entre sus brazos, la dulzura de sus sonrisas, la tranquilidad de sus miradas es tan profunda, que las encuentro con un nuevo sentimiento hacia la vida.
Por mucho que os narre nunca os podre expresar con exactitud lo que se siente cuando sus ojos se quedan fijos mirandote, cuando lo coges y deja de llorar, cuando se ha quedado dormido por primera vez entre tus brazos, cuando te coge el dedo con su mano, cuando se rie junto a ti.... Todo es tan especial, que cuando acaba la jornada te invade un sentimiento de tristeza dificil de explicar, porque realmente tenemos todos miedo a que nos deje, miedo a no poder verle crecer, miedo a que le vuelvan a hacer daño. Esas son las preguntas a las que nos debemos enfrentar todos los dias, y por eso mismo nos levantamos cada dia con ilusiones renovadas que nos obligan a seguir entregandole lo mejor de nosotros mismos.
Solo pedimos a Dios que lo cuide todos los dias de su vida.