Nayuri, llegaste a nuestros corazones en Navidad, cuando aún nos encontrábamos muy afectados por el anterior acogimiento.
Llegaste y lo primero que nos brindaste fue tu sonrisa, deseosa de conocer mundo y felicidad, sin embargo tu hermano se mostró triste y desconfiado. Menos mal que la otra familia enseguida le robó sus primeras sonrisas.
Que pequeñita eras pero cuanta fuerza tienes en tu corazón. Sabes perfectamente lo que quieres, y ante ello nadie te detiene. No puedes hablar pero tu sonrisa y tus enormes ojos te delatan y nos unen cada día más a tu corazón.
Los primeros días fueron difíciles, pues apenas comías y el sueño te costaba conciliarlo, pero poco a poco nos fuimos comprendiendo y entre toda mi familia te dimos el amor que te mereces y fuiste creciendo en generosidad hacia todos nosotros. Nos hiciste tuyos y tú nuestra. Cada día comías más, dormías mejor y tenías una mejor movilidad. Cada día nos queríamos más, sabiendo y reconociendo el sufrimiento de tus padres que se vieron privados de corresponderos a ti y tu hermano con su amor.
Hoy te vas y ten por seguro que estarás siempre con nosotros. Siempre que miremos al parque-cuna te veremos de pié, viéndonos pasar y reclamando cariño en forma de llanto y esos ojos curiosos. Te gustaba sentir cerca de ti el calor de nuestros brazos y caricias.
Hoy te vas y dejas un hueco grande entre nosotros, al igual que los demás.
Hoy te vas y nunca te olvidaremos, al igual que los demás, pues habéis llegado a nuestros corazones.
Sería egoísta intentar reteneros por más tiempo con nosotros sabiendo que vuestros padres están sufriendo, pero pronto os reencontrareis con ellos y solo pedimos a Dios que la vida os dé una nueva oportunidad y seáis muy felices. Os lo merecéis.
Nosotros siempre estaremos aquí. Os estaremos aguardando que algún día toquéis al timbre y aparezcáis, todos juntos, brindándonos la mejor de vuestras sonrisas, pero hoy lo importante es que seas una familia: que os queráis, que os respetéis.
Nayuri, llegaste en Navidad con lágrimas en los ojos y hoy los que lloramos somos nosotros.
Que seáis muy felices