JORNADA PRELIMINAR
Durante los días previos todo
fueron muchos nervios. La preparación del viaje, la comida del nieto, Roberto, la
reserva de los albergues, y así un sinfín de pequeños detalles que nos quería dejar
de pasar por alto, para que todo saliera muy bien.
Este es el Camino que realice con
mi familia, no pudo venir mi hija Rocío, pero todos la llevábamos en nuestro corazón. Desde el año anterior lo estuve planeando y sentía
mucho temor y miedo que no se pudiera llevar a cabo por cualquier
circunstancia.
Salimos desde Sevilla y paramos en Cáceres, para ver a la familia y
descansar un día.
Al día siguiente iniciamos
nuestra marcha hacia Melide a las 12 de la noche, una vez que el pequeñín se había
dormido, pero fue montarlo en el coche y se despertó. Sara lo tranquilizo antes
de llegar a Cáceres y desde allí ya no volvió a despertar. Bueno ni él ni
nadie.

Fue un magnifico día, donde el
cansancio del viaje se notaba en nuestros rostros, pero prevalecía la alegría de
estar juntos y la impaciencia por comenzar.
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