JORNADA PRELIMINAR
Durante los días previos todo
fueron muchos nervios. La preparación del viaje, la comida del nieto, Roberto, la
reserva de los albergues, y así un sinfín de pequeños detalles que nos quería dejar
de pasar por alto, para que todo saliera muy bien.
Este es el Camino que realice con
mi familia, no pudo venir mi hija Rocío, pero todos la llevábamos en nuestro corazón. Desde el año anterior lo estuve planeando y sentía
mucho temor y miedo que no se pudiera llevar a cabo por cualquier
circunstancia.
Salimos desde Sevilla y paramos en Cáceres, para ver a la familia y
descansar un día.
Al día siguiente iniciamos
nuestra marcha hacia Melide a las 12 de la noche, una vez que el pequeñín se había
dormido, pero fue montarlo en el coche y se despertó. Sara lo tranquilizo antes
de llegar a Cáceres y desde allí ya no volvió a despertar. Bueno ni él ni
nadie.
Toda la noche viajando, y sin ningún
incidente. Tras llegar a Orense se apodero de nosotros una espesa niebla, pero
pudimos continuar sin problemas. Llegamos a Lalín y tras dar algunas vueltas
dimos con la carretera que nos conduciría a Melide, donde llegamos sobre las
7h. Nos alojamos y tras quedar descansando un poco mi mujer, mis dos hijas y mi
nieto, yo me fui al pueblo a darme un paseo. Volví al cabo de las dos horas y ya
estaban despiertos todos, pero mientras que se arreglaban me lleve a mi nieto a
dar un paseo. Después nos reencontramos y dimos un paseo por Melide. Comimos y por la tarde
fuimos a la pulpería Ezequiel. Tras la cena nos fuimos a comer y descansar pues
mañana iba a ser el primer día de peregrinación.
Fue un magnifico día, donde el
cansancio del viaje se notaba en nuestros rostros, pero prevalecía la alegría de
estar juntos y la impaciencia por comenzar.
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