Después de una mala noche emprendo la marcha sobre las 7,30h. tras la oración de la mañana. Día nublado pero con una buena temperatura, realizando la subida hacia el Fresno a buen ritmo y con buenas sensaciones, pero motivado por las obras de la autovía el Camino se desvía y me impide ver el Santuario de la Virgen del Fresno, muy bonita y que emana mucha paz. Encaro la bajada hacia San Marcelo y posteriormente hacia Doriga. Tras varios cruces complicados por la referidas obras nos adentramos en un camino que nos conduce en bajada hacia Cornellana, donde prosigo por caminos preciosos hacia Salas, si bien las referidas obras de la autovía nos obligan a compartir los caminos con el tráfico durante mucho tiempo. Estos caminos son aptos para las bicicletas, aunque exigen mucho esfuerzo por la orografía (rampas) y estado del terreno. Llego a Salas sobre las 12h y comienzo a beber agua, no así alimentos que no lo haré hasta las 14h.
El ayuno no te hace mejor persona, eso solo se consigue con los actos cotidianos, pero para mí supone un compromiso y reafirmación de nuestra fe. Encontrarse más cerca de todos aquellos que nada tienen para poder ayudarle y valorar, aún más si cabe, todo lo que poseemos.
Salgo de Salas por un bosque muy bonito, que va alcanzando altura hasta alcanzar la N-634, que durante 800 metros se comparte, siendo este tramo muy peligroso. Se abandona la carretera por un camino que sale hacia la izquierda y en fuertes repechos se van avanzando kilómetros hasta alcanzar Bodenaya, pasando antes por el cruceiro de esta localidad. El Camino lo he hecho prácticamente sólo y sólo me crucé con un peregrino que me encuentro en el albergue de Bodenaya y que decide continuar hasta Tineo. Eran las 14h. justo cuando abrían el albergue. Cena y desayuno comunitario preparado por los propios hospitaleros, Ducha y lavadora gratis. Donativo. Muy cansado y tras identificarme me transportan ellos mismos la mochila a la planta alta donde me acomodo en una cama. Me ducho y marcho al pueblo La Espina a comer, que se encuentra algo alejado.
Albergue con un ambiente especial, que recomiendo por mi experiencia en el mismo. Hablo con toda mi familia a la que sigo añorando mucho y me acuerdo de nuestros ahijados y de todos los momentos que han vivido toda mi familia junto a ellos y del amor que le profesan. Ojala el día de mañana puedan llegar a ser felices junto a sus familias.
Durante la cena comunitaria comienzo a llorar y pienso en la forma de ayudar más a las personas que lo necesitan. Después de la cena decidimos entre todos la hora de levantarnos para desayunar juntos, según las normas del albergue.
El Camino lo voy realizando sólo, aunque en los albergues voy coincidiendo con algunos peregrinos, y voy descubriendo nuevos rincones de paz, pero por cada uno de ellos me acuerdo de los momentos vividos anteriormente.
Oración y a descansar
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