Calendario Deportivo

lunes, 9 de agosto de 2010

8ª Jornada Camino Primitivo de Santiago 2010: Melide-Santiago

Jornada 8: Melide – Santiago Compostela: 54Km.

Me levanto con dolor de cabeza, quizás por el exceso de día anterior y a la postre el único homenaje del Camino. Realmente en ese momento no sabía a ciencia cierta como iba a afrontar la Jornada. Se sucedían cantidad de alternativas, pero no me encontraba realmente en plenitud de fuerzas, en esos precisos instantes, para afrontar algunas de ellas. La idea original era alcanzar Santa Irene y quedarme a descansar hasta el día siguiente, Martes día 13.7, donde ya alcanzaría Santiago de Compostela. Con esa idea rezo y comienzo la jornada. La primera hora casi de noche y los pies se encuentran doloridos, pero ya con la ilusión de que quedan pocos días. El caminar en su inicio es muy lento y hoy es el último día de ayuno. Se suceden las aldeas y los caminos entre bosques, y cada vez me encuentro más peregrinos. Algunos de ellos muy ligeros de equipaje, es decir sin mochila y tan sólo con una bolsita.

En un momento dado y cuando ya estaba más despejado decido que lo ideal es llegar hoy a Santiago, entrar por la Puerta Santa, sellar Compostelana y hacer las compras de los recuerdos con más tranquilidad. Dicho y hecho. Pongo un mensaje a mi familia para decirles que ya he iniciado la jornada sin desvelar mis intenciones de adelantar mi regreso dos días antes.

El día va amaneciendo y el día se presenta gris. Amenaza de lluvia durante todo el Camino.



Alcanzo Arzúa, donde se suceden los grupos de peregrinos: unos a pié, otros en bici. Atravieso el pueblo para pararme a sellar el albergue, pero me encuentro tanto el albergue como la oficina parroquial cerrada. No obstante en la búsqueda me encuentro la Iglesia abierta y están dando Misa, por lo que entro y la escucho junto a otros peregrinos. Al finalizar la Misa el párroco nos sugiere que nos acerquemos al altar para darnos la bendición del peregrino, avanzando los 5 peregrinos que nos encontrábamos allí. Acto seguido me dispongo a continuar la jornada, ya sí con el convencimiento de que hoy llegaría a Santiago.

Las horas se suceden y tras pasar por muchas aldeas alcanzo el cruce del Empalme, donde existe un puesto que está vendiendo ciruelas y otras frutas: lo miro de reojo y continúo. Son casi las doce y pronto alcanzaré el albergue donde podré comenzar a beber. Apenas 20 minutos más adelante llego hasta el albergue de Santa Irene, si bien éste se encuentra cerrado. Son las 12,10 h. y he bebido algo.


Me paro a descansar durante 15-20 minutos y los pies se encuentran realmente muy cansados. Me descalzo, me doy la poca crema que me queda y sin prisas veo pasar a diversos peregrinos que continúan su Camino, bien hasta el albergue siguiente (Perouzo de Arca), bien al Monte Do Gouzo ó bien ya a Santiago.

Me vuelvo a poner las zapatillas, ya desgastadas y sucias, y comienzo de nuevo. Paso cansado para afrontar los últimos 22-24 Km., es decir aproximadamente 5 horas.

Apenas transcurren unos dos kilómetros y comienza dolerme los tibiales, y aunque al principio no le presto atención cada vez me duele más, obligándome a pararme y masajear la zona afectada.

Alcanzo el Aeropuerto de Lavacolla y veo pasar muchos ciclistas, donde en apenas 1 hora llegarían a Santiago. Me detengo para descansar y comer algo pues ya son las 14h. y aún queda un tramo que con la impaciencia de la llegada se hace largo. Me cruzo con muchos peregrinos y el cielo comienza a nublarse más. Estos últimos kilómetros se hacen un poco monótonos. Mucha carretera. Tras cruzar el Centro de Radio Televisión veo a lo lejos el Monte Do Gouzo, y aunque dolorido ya veo el final de mi Camino.

Efectivamente ya he llegado. Lo primero que hago es comprobar si la barra que utilizamos el pasado año para guiar a Emilio, y que dejamos como ofrenda en el Monumento que preside Santiago, se encuentra donde la dejamos. Observo con cierta tristeza que no está y no llego a comprender quién la ha podido quitar. Posiblemente de vez en cuando limpien la zona de objetos, pues de lo contrario se convertiría en una zona intransitable. En esta ocasión yo dejo como ofrenda mi bote de agua y su funda de neopreno, que tanta ayuda me han proporcionado.

Después de las fotos me dirijo hacia Santiago, últimos 4,7 Km. Lo emprendo suave, lento, recordando los momentos vividos, sin saber cómo he podido llegar hoy cuando las dudas de esta mañana no hacían presagiar una buena jornada. Pero aquí estoy, Llamo a mi familia. ¡¡ Maribel, ya he llegado por hoy. Mañana último dia ¡!! (Mentira). Sabrá perdonarme. A la entrada de Santiago me cruzo con muchos peregrinos, pensando que quizás no haya albergue. Pero lo más importante es llegar. Después ya veremos. Por fín. Ya estoy en la Plaza del Obradoiro. Que alegría y que emoción. Foto de rigor y ahora pensar cómo organizar la tarde. En ese momento comienza a llover un agua muy fina pero que va calando.



En primer lugar me dirijo para recoger la Compostelana, donde me indican las alternativas de albergue que existen: el seminario a razón de 15 euros y uno nuevo que han abierto en las afueras por 5 euros. Me informan también que para entrar en la Catedral tenemos que hacerlo sin mochila, y que muy cerca de allí hay una consigna para dejarla a razón de 2 euros. En ese momento comienza a llover con más fuerza.

Llamo al nuevo albergue y reservo plaza. Compro algunos recuerdos y después de entrar por la Puerta Santa y abrazar al Santo decido acercarme al Monasterio Franciscano para preguntar si hay albergue. Me lo encuentro abierto. Pregunto si hay plaza disponible y me dicen que sí. Qué alegría. Me registro y les indico que voy a buscar mi mochila. Con paso cansado voy hasta la consigna y aún más cansado me dirijo de nuevo al Monasterio. Ocupo mi plaza y me informan que a las 22h. cierran la puerta para comenzar una Misa.


Después de la ducha me dirijo a la Estación de Autobuses para sacar el billete de vuelta. ¡¡Cómo llovía en ese momento!!, y yo con mis chanclas. El dolor es ahora muy fuerte, tanto en los pies como en los tibiales.

Obtengo el billete para las 16h. del Martes 13.7.2010 y posteriormente pido un bocadillo con una cerveza en un bar cercano para cenar.

Ha dejado de llover. Regreso de nuevo al Monasterio y como aún queda algo de tiempo me aseo y tumbo en la cama para descansar.
A las 22h. comienza el acto religioso. Cuántas ideas se iban sucediendo, cuantos sentimientos y cuantas emociones.

Una vez acabado el acto nos abrazamos todos los peregrinos y nos acostamos

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