Sería injusto no decir que me he acordado mucho de nuestros ahijados (Cándido, Abraham y Nayury) y la huella que han dejado en toda mi familia. Sólo hay que recordar la sonrisa de mis hijas cuando los tenían entre sus brazos, cuidándolos, entregándose a ellos. Sólo hay que recordar las lágrimas cuándo nos hemos tenido que despedir de ellos. Hoy gracias a Dios los tres se encuentran en perfectas condiciones y pedimos todos los días para que sean felices y que podamos ayudarles en todo lo que necesiten. Ya forman parte de nuestra familia y todos los extrañamos, pues aunque no están entre nosotros siempre ocuparán un lugar en nuestros corazones. Han sido capaces de despertar nuestros mejores sentimientos y eso nunca te abandonará. Qué pena me da pensar que hoy por hoy primamos mucho más nuestro bienestar personal que dedicarnos a educar a tu hijo. Cada día somos más esclavos y menos libres. Qué falta de valores morales se están arraigando entre nosotros. Qué valor le damos al bienestar efímero del momento y que poco valor a la vida de un nuevo ser. Hay alternativas al aborto. Cuánta pena mirar la sonrisa de todos aquellos niños que no han nacido, reflejada en el correr de todos aquellos que hoy pueden disfrutar de la vida, entre ellos nuestros ahijados. Con estas sensaciones me despierto y comienzo, después de la oración, esta nueva jornada sobre las 7h . Hoy 52 Km la mayoría de ellos por asfalto y carretera. Salgo de Lugo por la Puerta de Santiago de las murallas, detrás de la Catedral.
Después de andar algunos kilómetros por la orilla del río me voy alejando de la ciudad hasta alcanzar en un cruce la carretera LU-AP-2901 que nos acompañará durante buena parte del recorrido. También tenemos la opción de visitar el templo de Santalla Boveda, declarado Monumento Nacional. Cruzo las aldeas de San Vicente Burgo, Mera San Pedro, donde descanso un poco, y en el kilómetro 13 llego a San Román de Retorta, encontrándome la pequeña Iglesia románica abierta y no dudo en entrar a rezar. Descanso de nuevo. Desayuno en el bar y continuo por la calzada romana, dejando atrás el albergue de peregrinos, hasta alcanzar de nuevo la carretera LU-AP-2901 en el kilómetro 16 que la iremos cruzando en varias ocasiones hasta el kilómetro 22, donde definitivamente la abandonamos. Los caminos se hacen transitables para BTT.
Paso por el puente romano de Mosteiro, después de pasar por Ferreira, donde se encuentra la Casa Rural Do Ponte, un lugar bonito para quien desee pasar un día descansando. Continúo por aldeas y ya he hablado con mi familia y todos están bien. También recibo las llamadas de muchos amigos. En el kilómetro abandono la carretera para continuar por caminos y aldeas, que tras superar una cima ya se ve a lo lejos Melide, pero aún quedan unas 3 horas de caminata. Los pies están doloridos y extremo las precauciones, sobre todo en las bajadas y caminos. En un claro tengo cobertura y hablo con mi hija Sara, descansando también para comer algo. Conforme me voy acercando a Melide el ritmo se va haciendo más fuerte, entrando en referida población a las 17,15h. Han abierto un nuevo albergue, en el Palacio de Congresos y Exposiciones, un poco alejado del centro, que obliga a andar unos 2 kilómetros más. Albergue a razón de 5 euros. Cama y duchas.
Me registro y después de la ducha me voy a Misa de las 19h y posteriormente me dirijo a Casa Ezequiel para comer pulpo con una botella de vino. Me encuentro sólo dónde antes había compartido momentos con Esteban, Bombero, Bellido, Ramírez, Justo y Emilio (invidente que realizó el pasado año el Camino), en diferentes ocasiones. Se sienta a mi lado un francés (Bernard) y quizás por la necesidad de hablar con alguien iniciamos una conversación en español. Lo invito un chupito, el único del Camino (Quién lo diría) y él a una porción de tarta de Santiago. Este fue el único homenaje. En ese instante estaba jugando España-Holanda la final del Mundial 2010, pero realmente no le estaba prestando atención ni tampoco tenía interés en el mismo. Nos despedimos y mientras él marcha hacia su hostal yo me dirijo al albergue, no sin antes tomarme enfrente del mismo un nuevo chupito. Una vez acabado el vaso me aseo y me acuesto.
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