Día confuso. Por un lado la experiencia vivida ayer me puso frente a frente ante la vanidad del hombre y por otra ante el buen corazón. Revivo con más fuerzas la tristeza por mi familia y en estos momentos estoy convencido que si me encuentro un ambiente lúdico en Melide no dudaría ni me importaría coger un autobús que me desplazara hasta Santiago, pero por otro lado debía ser fuerte y proseguir, decidiendo en ese momento llegar a casa cuanto antes. Llegado este punto me reafirmo en llegar hoy a Lugo. Me despierto a las 6,45h y a las 7h, después de la oración, me despido de los peregrinos con un “Nos vemos en Lugo”, dándole de nuevo las gracias. Jornada muy dura afrontando la subida hacia el Hospital Montouto para ver el antiguo hospital fundado por Pedro el Cruel, iniciando de nuevo una bajada que desemboca justo en un mesón al final de la vereda, ya en el pueblo de Paravadella continuando por carretera, pues el camino se encuentra en malas condiciones (aunque a pie se puede realizar no así para las bicicletas), durante 4 Km hacia Lastra con mucha niebla, que aconseja extremar las precauciones.
Paso por Fontaneira y Alto Monte hasta llegar en bajada a Cadavo Baleira sobre las 12,15h. Ya había peregrinos en el albergue esperando su apertura a las 13h. Albergue que presenta un buen estado y se encuentra en buenas condiciones. Un poco más abajo descanso un poco en el rellano de unos escalones para dar tregua los maltrechos pies. Me descalzo y en ese instante se acerca un lugareño para ofrecerme agua oxigenada. De nuevo el buen corazón de los hombres. Que gestos tan importantes los que nos ofrecen cada día las personas; sólo hay que mirar a tu alrededor. Soy consciente que llegado a este punto la dificultad de los caminos de minimizan y existen muchos tramos por asfalto. Alcanzo después de una área recreativa Vilabade, donde contemplo la hermosa Iglesia Gótica, declarada Monumento Nacional. Continuo en bajada hacia Castroverde donde llegadas las 14h solicito un bocadillo con una cerveza que me los tomo en una pequeña área recreativa. Llamo a mi mujer para hablar con ella y decirle que todo va bien. Me quito las zapatillas para que descansen los pies. Ya me quedan tan sólo 25 km para Lugo. Después de comer me lavo los pies y los pongo en remojo en una fuente de la que sale agua muy fresquita. Crema y a comenzar. Qué alivio.
Los caminos se hacen más monótonos y alternan mucho asfalto y carretera nacional. A unos 12 Km. de Lugo el Camino nos ofrece la posibilidad de desviarnos hacia Soutomerille, que indica se encuentra a 800 mts. pero desconozco la distancia hasta reencontrar de nuevo el Camino original, por lo que tras unos momentos de dudas decido continuar por el trazado original, pues el cansancio ha pesado en mi decisión. La entrada a Lugo se hace tediosa y larga, pero alcanzo el albergue con un ritmo que he ido aumentando en los últimos kilómetros y que atribuyo al descanso de Castroverde.
Gracias a Dios hay plazas disponibles. Son las 18,45h y tras registrarme me acomodo, me ducho y me voy a Misa de las 20h en la Catedral. A su finalización me dispongo a cenar en Casa Manger y posteriormente me dirijo al albergue para acostarme y descansar. A la jornada le tenía mucho miedo. La de mañana también es muy larga y los pies, aunque van respondiendo razonablemente bien, me obligan a tomar muchas precauaciones. Ya cada vez queda menos para reencontrarme con mis seres queridos. A la entrada del albergue me encuentro con los peregrinos de Fonsagrada. ¡Qué alegría encontrarme con ellos y que tuvieran plazas disponibles en el albergue que les permitiera descansar.
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